lunes, 5 de mayo de 2014

Esquema Actancial (Greimas)


 LOS PERSONAJES Y LOS ACTANTES

   Los distintos personajes de una narración ejecutan acciones que los relacionan entre sí. Por ejemplo, el accionar del detective para esclarecer un crimen se enfrenta con el objetivo del criminal de no ser descubierto, por lo que entre el detective y el criminal se establece una relación de oposición.
Según las acciones que realicen los personajes, su rol se corresponderá con una función básica: desear algo; transferir (un mensaje, un secreto, un objeto valioso); recibir (esos elementos); ayudar a alguien a conseguir algo; oponerse a que lo consiga.
Sin embargo, además de los personajes, intervienen otros elementos que también pueden cumplir algunas de las funciones anteriores. Por ejemplo, si un detective emplea una lupa para descubrir una huella digital a fin de resolver el caso, estos elementos desempeñan las funciones de ayudar a ese sujeto.
En ese sentido, se denomina actante a cualquier componente (ser o cosa) que participa en su desarrollo y desempeña alguna de las anteriores funciones. De esta manera, la categoría de actante supera a la de personaje, por lo que en un relato pueden existir muchos personajes, pero sólo seis actantes. Estos conforman el esquema actancial:
  • Un sujeto que posee un proyecto o desea algo.
  • El objeto, aquello a lo cual tiende o busca el sujeto.
  • El destinador, que hace posible que el objeto sea accesible al sujeto.
  • El destinatario, que será quien reciba el objeto.
  • El ayudante, que presentará su apoyo al sujeto para que alcance su objeto.
  • El oponente, que pondrá obstáculos a la labor del sujeto.

    Utilizar este esquema te servirá para darle coherencia a tus historias: Alguien cuyo objetivo es conquistar el planeta Venus no puede pasarse tres páginas hablando sobre su infancia a menos que eso sea decisivo para explicar cuál es su destinador (alguna experiencia infantil, un mandato paterno, etc.) o para justificar su destinatario (quiere conquistar el planeta para regalárselo a su abuelita) o para presentar a sus ayudantes o cualquier cosa que le dé a la narración de la escena infantil un sentido claro dentro del esquema de la acción.
    Si te ponés a analizar los cuentos, novelas, obras de teatro, historietas, series o pelis con este esquema actancial vas a ver cuántas posibilidades de conocer a los personajes y sus motivaciones te aporta. A mí el elemento que más me gusta es el destinador. Ej: ¿Qué mueve a Frodo Bolsón hacia Mordor para destruir el anillo? ¿Su valentía? ¿Su fidelidad a los amigos? ¿Su necesidad de conservar el mundo que conoce? ¿La fuerza de la amistad de Sam? ¿La seguridad de que es sólo él quien puede hacerlo? ¿Su deseo de desterrar al mal del universo? Pensar en los oponentes abstractos además de los representados por personajes concretos también está bueno: ¿Y quiénes son los verdaderos y más poderosos oponentes de Frodo? ¿Los orcos? ¿Sauron? ¿O la avaricia de los humanos? ¿La mezquindad de Boromir (¡cómo amo a Boromir y Faramir!) o la de todos los humanos? ¿La cobardía inicial del heredero de Isildur? ¿La desunión de La Tierra Media? ¿Los elfos que se borran?

    Así podemos seguir especulando, discutiendo, agregando nuevos aspectos a cualquier historia y cualquier personaje. Probá y vas a ver qué importante será saber por qué un personaje no tiene ayudantes o cuyo único destinador es él mismo, un personaje que desconoce su objetivo y anda a tientas, uno que cree tenerlo muy claro pero a mitad de la narración vive algo que lo hace cambiar ese objetivo por completo. Algo muy interesante es realizar el esquema poniendo a los personajes secundarios como sujetos para ver cómo los objetivos y destinadores de ellos influyen (para bien o para mal) en los objetivos de los personajes centrales.

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